domingo, 26 de octubre de 2014

El síndrome del músculo omohioideo

Clásicamente los nódulos tiroideos ascienden con la deglución. ¿Y si vemos una masa cervical que aparece con la deglución? Podríamos estar ante un paciente con el síndrome del músculo omohioideo.

El síndrome del músculo omohioideo es una situación clínica rara (muy rara) que consiste en la aparición de una masa cervical lateral durante la deglución, y es causada por el músculo omohioideo. Los pacientes comentan tener problemas estéticos y molestias faríngeas, además de la preocupación por si padecen un problema grave.

¿Y qué ocasiona este síndrome? La cosa no está muy clara, y para comprenderlo mejor tenemos que hacer un breve repaso anatómico del músculo omohioideo.

El músculo omohioideo tiene dos partes (o vientres) unidos por un tendón en la zona intermedia. El vientre posterior se inserta en el borde superior de la escápula, continua hacia dentro y hacia adelante, y pasa  por encima del eje vascular del cuello, por debajo del músculo esternocleidomastoideo. El vientre anterior sigue un trayecto ascendente y se inserta en el hueso hioides. El tendón intermedio se une a una fascia que lo fija a la clavícula.

Músculo omohioideo (en rojo)
Fuente de la imagen: Wikipedia

La primera teoría que se bajara es una degeneración de las fibras musculares que impide el adecuado estiramiento del músculo durante la deglución. Limitaría el ascenso del hueso hioides y haría una protrusión en el músculo esternocleidomastoideo durante la fase de elevación laríngea de la deglución. La segunda teoría que se ha pensado para explicar esta condición, es un fallo en la fijación fascial del tendón intermedio, que dejaría el músculo más libre durante la deglución, levantando también músculo esternocleidomastoideo. La pulsión sobre el músculo esternocleidomastoideo ocasionaría la masa visible durante la deglución.

El tratamiento consiste en tranquilizar al paciente, y si cabe, la corrección estética. Se puede hacer una sección del músculo omohioideo, o incluso inyectar toxina botulínica en los vientres musculares. Y también está, obviamente, el no hacer nada...

BIBLIOGRAFÍA
  • Kim L, Kwon H, Pyun S-B. Pseudodysphagia due to omohyoid muscle syndrome. Dysphagia. septiembre de 2009;24(3):357-61. 
  • Wong DS, Li JH. The omohyoid sling syndrome. Am J Otolaryngol. octubre de 2000;21(5):318-22. 
  • Su P-H, Wang T-G, Wang Y-C. Ultrasound-guided injection of botulinum toxin in a patient with omohyoid muscle syndrome: a case report. J Clin Ultrasound. agosto de 2013;41(6):373-6. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Sobre el virus del Ébola y otras armas biológicas

En plena crisis del Ébola, y con nuestro primer caso de contagio en España, todos los sanitarios a día de hoy seguro que hemos leído algún protocolo de actuación ante la sospecha de nuevos casos. En los aeropuertos del Reino Unido se han implantado medidas de control de los pasajeros procedentes de los países de origen de la epidemia.

Sin embargo, podría ocurrir que no lo busquemos activamente o no lo sospechemos. ¿Y si se trata de un ataque bioterrorista? ¿Qué manifestaciones en la esfera de otorrinolaringología tienen las armas biológicas?

Un ataque bioterrorista consiste en la liberación intencionada de virus, bacterias y otros agentes con la intención de causar enfermedad o muerte en personas, animales o plantas. Idealmente, para que un arma biológica sea efectiva, debería de ser altamente contagiosa a bajas dosis, tener un periodo de incubación corto y no detectarse en los exámenes de rutina.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) clasifica las armas biológicas en tipo A, B y C, en función de su capacidad infecciosa y de la gravedad de la enfermedad ocasionada. Han sido descritos más de 150 agentes. En la entrada de hoy veremos algunas de las manifestaciones en otorrinolaringología de las enfermedades producidas por los agentes del grupo A: viruela, antrax, peste, botulismo, tularemia y fiebres hemorrágicas (por ejemplo el virus Ébola).

Agentes del terrorismo biológico según el CDC (tabla resumida)

Carbunco (Bacillus anthracis)

Entre los síntomas por inhalación se incluye la fiebre, dolor de garganta, malestar, fatiga, nauseas, tos no productiva y disnea. 
El antrax orofaríngeo es raro, y la infección se produce por la ingestión de carne contaminada. Puede haber dolor de garganta, disfagia, adenopatías cervicales, disfonía, edema de la vía respiratoria, tos e inflamación cervical.

Tularemia (Francisella tularensis)

La tularemia tiene seis formas clínicas: la más frecuente es la forma ulceroglandular (80%), le siguen en frecuencia la forma glandular (15%) y la orofaríngea (<5%). Menos frecuente es la forma oculoglandular, la neumónica o la tifoidea.
La forma orofaríngea inicialmente tiene sintomas inespecíficos, malestar, odinofagia y adenitis, y se manifiesta como una faringoamigdalitis con linfadenitis necrotizante

Peste (Yersinia pestis)

La aerosolización del bacilo produciría peste neumónica, con fiebre, tos productiva, hemoptisis, disnea, estridor e infiltrados pulmonares bilaterales.

Viruela (Variola virus)

Unos 3 o 4 días después de iniciarse el rash maculopapular típico, aparecerían ulceraciones en mucosa aerodigestiva, con edema de la vía respiratoria, formación de pseudomembranas amarillentas (similares a las de la difteria) y obstrucción respiratoria.
Las lesiones cutáneas y mucosas pueden afectar a la piel del pabellón y conducto auditivo, a la membrana timpánica y al oído medio. En el oído medio se manifiesta como una otitis media aguda necrotizante, con perforación timpánica y otorrea. A parte de la hipoacusia de transmisión, la infección viral puede producir hipoacusia neurosensorial hasta en el 7% de los pacientes.
Puede haber afectación mucocutánea de la nariz, con necrosis de los cornetes y epistaxis. Posteriormente podría producirse estenosis del vestíbulo nasal como secuela de la cicatrización.

Fiebres hemorrágicas virales (filovirus: Ébola y Marbung / arenavirus: Lassa y Machupo)

Aunque el modo de presentación variará en función del virus causal, todas ellas tienen el riesgo de manifestar hemorragias graves. Puede comenzar con síntomas inespecíficos (fiebre, malestar) y progresar a manifestaciones cutáneas, gastrointestinales, respiratorias, vasculares y neurológicas. Los síntomas hemorrágicos ocurren durante la fase aguda de la enfermedad, e incluyen petequias, equimosis, epistaxis, hemorragias mucosas y/o viscerales.

Botulismo (Clostridium botulinum)

La aerosolización produciría parálisis oculobulbar (4 "D"- diplopia, disartria, disfonía y disfagia). Posteriormente, se produciría diplejia facial, plejia de la lengua y músculos masticatorios, paresia descendente, que afecta primero las extremidades superiores, luego las inferiores y finalmente los músculos respiratorios.

Y hasta aquí hemos llegado, que menudo rollo he soltado. Os deseo una buena semana. Yo estaré en Madrid, en el 65 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, comunicaré el lunes por la mañana.

BIBLIOGRAFÍA

  • Zapanta PE, Ghorab S. Age of Bioterrorism: Are You Prepared? Review of Bioweapons and Their Clinical Presentation for Otolaryngologists. Otolaryngol Head Neck Surg. 22 de abril de 2014;151(2):208-14.
  • Garrote Moreno JI, Ureta Velasco N, Orduña Domingo A. Bioterrorismo: aspectos prácticos. Emergencias. 2010;22:130-9.
  • Tennyson HC, Mair EA. Smallpox: what every otolaryngologist should know. Otolaryngol Head Neck Surg. marzo de 2004;130(3):323-33.
  • Rinaldo A, Bradley PJ, Ferlito A. Tularemia in otolaryngology: a forgotten but not gone disease and a possible sign of bio-terrorism. J Laryngol Otol. abril de 2004;118(4):257-9.

miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Qué nos metemos en el oído?

No es la primera vez que escribo en el blog sobre cuerpos extraños en el oído (1, 2, 3). En esta ocasión lo hago para comentar un early view muy interesante que han publicado en la revista The Laryngoscope, y cuyo título es: What Are We Putting in Our Ears? A Consumer Product. Analysis of Aural Foreign Bodies.


Los autores llevaron a cabo un estudio retrospectivo multicéntrico sobre nada menos que 9.472 visitas médicas con el diagnóstico de cuerpo extraño en el oído. La mayor parte fueron niños de entre 2 y 8 años. La distribución por sexos fue similar, excepto para los grupos de menos de 1 año y de 1 a 2 años en los que predominaba el sexo femenino (81 y 68% respectivamente).

Y según el estudio, ¿que nos metemos en el oído?
  • Entre todos los casos, el cuerpo extraño más frecuente fue la JOYERÍA (39%). En más de la mitad de los casos se trató de bolitas (tipo cuentas de collar).
  • El segundo cuerpo extraño en frecuencia (27%) fue un grupo heterogéneo formado por tizas, juguetes, tapones, auriculares, moldes de audífono, bolas...
  • El tercer cuerpo extraño (22%)  fue nuestro querido algodón de bastoncillo.
  • Con menos frecuencia se encontró papel (8%), lápices (4%) o productos de escritorio (3%).
Cuando se estudiaron los cuerpos extraños en relación con la edad: 
  • En la infancia y hasta la adolescencia, los cuerpos extraños en oído más frecuentes siguen siendo los productos de JOYERÍA, además, con diferencia. 
  • En los adultos el cuerpo extraño más frecuente es el ALGODÓN del bastoncillo, seguido de la joyería en menores de 65 años y de productos relacionados con los audífonos en mayores de 65 años.

Y la moraleja...

Es conveniente evitar que los niños jueguen con objetos pequeños (joyas, botones, monedas), y que lleven medallas, pendientes o pulseras que puedan desprenderse, ingerirse o introducirse por donde no deben (ya sea el oído o la nariz).
El bastoncillo es para limpiar la parte externa del oído, o incluso para darle otros usos: limpiarse el ombligo, retocar el eyeliner o el esmalte de uñas, o lo que se os ocurra...

Os dejo una pequeña composición con algunos cuerpos extraños en el oído que he podido registrar. La verdad es que algunos no sabes lo que son hasta que los extraes.

¡Feliz puente! (los que hagáis puente, claro).

Cuerpos extraños en oído (1 tapón para el oído de cera, 2 juego "Beados", 3 objeto de plástico, 4 algodón, 5 mina de lápiz, 6 tuerca de pendiente)