viernes, 18 de octubre de 2013

La preservación de órgano: conservando el órgano y la función

La disfagia es uno de los efectos de la radioterapia y la quimioterapia en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello. La capacidad de los pacientes para comer y beber adecuadamente durante y después del tratamiento, es un parámetro de especial importancia en los estudios de calidad de vida de pacientes sometidos a terapias de conservación de órgano. Aún así sabemos que en ocasiones, la tan ansiada preservación del órgano puede comprometer seriamente funciones básicas como la deglución, respiración o fonación. 

En el mes de julio se publicó en el Head and Neck un artículo de revisión sobre las estrategias utilizadas para reducir la disfagia en pacientes tratados con quimioradioterapia. Revisan y evalúan la evidencia disponible respecto a:

La terapia de deglución profiláctica

Los ejercicios de deglución parece que mejoran la disfagia asociada al tratamiento. Debido a la diversidad de las terapias y de los regímenes de ejercicios en los estudios, no se puede establecer el tipo de ejercicio más adecuado. Los ejercicios utilizados en los estudios básicamente son los expuestos en este enlace, pero también en uno de los estudios usan el dispositivo TheraBite®.

TheraBite® de Atos Medical

El uso de la gastrostomía

A pesar de los beneficios de la realización de una gastronomía profiláctica, su utilización reduce el uso de la musculatura implicada en la deglución y se sugiere que aumenta el riesgo de fibrosis faríngea y esofágica. El uso de sonda nasogástrica se asocia a menor fibrosis postcricoidea, al actuar a modo de stent. Es necesario un abordaje multidisciplinar (médico, dietético y logopédico) para decidir qué pacientes se beneficiarían de la realización de una gastrostomía profiláctica, siendo en muchos casos inevitable su indicación.

La radioterapia de intensidad modulada (IMRT)

La IMRT permite una mayor precisión del volumen "blanco", minimizando sus efectos secundarios sobre tejido circundantes. En la revisión sistemática realizada se incluyeron 16 estudios, concluyendo que mejoraría la disfagia asociada al tratamiento reduciendo dosis en ciertas estructuras (sobre todo constrictores faríngeos, esófago cervical y laringe supraglótica). Como desventajas se mencionan las recidivas marginales, la distribución no homogénea de la dosis, el tiempo de tratamiento y el coste.

En la misma línea, en el número de octubre de la misma revista publicaron una guía validada para el manejo de los trastornos de deglución en pacientes con cáncer de cabeza y cuello, identificando pacientes con alto riesgo de realización de gastrostomía "proactiva" (realizada antes o durante las dos primeras semanas del tratamiento). Con la realización de una gastrostomía "proactiva" siguiendo las recomendaciones de la guía, se tendría el 82% de probabilidad de utilizar la gastrostomía; y con la inclusión en el grupo de no realización, el 77% de probabilidad de no necesitarla realmente.

The Royal Brisbane and Women’s Hospital Swallowing and Nutrition Management Guidelines for Patients with Head and Neck Cancer

Pero no todo van a ser disgustos: algún paciente te trae orgulloso todo lo que come y te llevas una gran alegría. ¡Si come más variado que yo!

                                                                                                                
Feliz fin de semana...¡y hasta la próxima!

BIBLIOGRAFÍA
  • Paleri V, Roe JWG, Strojan P, Corry J, Grégoire V, Hamoir M, et al. Strategies to reduce long-term postchemoradiation dysphagia in patients with head and neck cancer: An evidence-based review. Head Neck. 4 de julio de 2013.
  • Brown TE, Spurgin A-L, Ross L, Tripcony L, Keller J, Hughes BGM, et al. Validated swallowing and nutrition guidelines for patients with head and neck cancer: Identification of high-risk patients for proactive gastrostomy. Head Neck. octubre de 2013;35(10):1385-91. 

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Aurora por tu revisión. Me va a resultar muy útil. Un abrazo!!

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