viernes, 25 de octubre de 2013

Como ayudante quirúrgico, ¿cooperas u operas?

En los hospitales docentes la ayudantía quirúrgica suele correr a cargo del residente. Es una oportunidad excelente para observar y aprender.

Entre otras mil cosas, como residente-ayudante quirúrgico deberías de:
  • Estudiar la historia clínica del paciente, la patología objeto de la intervención y la indicación quirúrgica. También conviene repasar las alternativas de tratamiento, si las hay, la anatomía y la técnica quirúrgica.
  • El día de la intervención hay que estar con suficiente antelación en quirófano para verificar toda la documentación y colaborar en la preparación del paciente.
  • Intentar ayudar en la cirugía lo mejor posible, sin estorbar ni entorpecer. Si estás cansado de la guardia intenta no dormirte, ni bostezar. Tampoco es recomendable que hables demasiado, ni que digas tonterías.
  • Debes estar preparado para responder correctamente a las preguntas sobre anatomía, fisiologia, patología, cirugía, farmacología o sobre cualquier tema que te formule el adjunto.
  • Si las cosas se complican, prepárate para recibir algún comentario brusco del cirujano o que te aparte las manos (o incluso que te pegue con algún instrumento). Si durante la cirugía te portas bien y tienes suerte, igual te deja hacer algo.
  • Colaborar en el cierre de la herida quirúrgica, vendaje, y cuidados y evolución postoperatorios.

Separadores Mathieu
Separadores Mathieu, los "amigos" del ayudante

Pero cuando ya eres especialista y ayudas en las cirugías, la cosa se complica un poco mas: dedícate a eso, a ayudar y cooperar (y no a operar). Sin que el cirujano principal te lo indique, no deberías intentar hacer disección en los tejidos, cortar y mucho menos ponerte a operar por tu cuenta (sí, todos saben que también operas muy bien). Además, no se cumple la regla de que el que mejor opera es el mejor ayudante. La verdad sea dicha, como el ayudante no te ayude bien, o mejor dicho "como tú quieres que te ayude", la cirugía puede convertirse en un infierno. En ocasiones, más que operar con fulanito, parece que operas contra fulanito.

Facilitar la cirugía debería de ser tu cometido, sin entorpecer ni criticar. Puedes hacer sugerencias, responder preguntas, hacer comentarios que alivien tensión en determinados momentos, y sobre todo, anticiparte. A parte de estar atento al campo quirúrgico, debes de ver lo que el cirujano no ve y advertir de posibles peligros. Por tu posición, puedes tener otra perspectiva más amplia del campo operatorio y darte cuenta de cosas en las que el cirujano no ha recabado.

“People only see what they are prepared to see”. R.W. Emerson.

En cualquier caso, prepárate para entrar en acción si algo le ocurre al cirujano principal, detecta signos de fatiga o agotamiento, y ofrécete para sustituirlo unos minutos.

Y charleta la justa, la que pida el cirujano.

Ser ayudante es algo más que secar y separar, y en el binomio ayudante-cirujano los silencios realmente hablan.

Para finalizar, recuerda: COOPERA (sin operar), asiste, apoya, favorece, refuerza, OBSERVA y ANTICÍPATE.

Cirujano-ayudante
Cirujano-ayudante

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